domingo, 12 de junio de 2011

El docente facilitador: haciendo significativo el aprendizaje

Resumen
A partir de la incursión de las TIC en la educación se ha postulado con mayor fuerza, un nuevo perfil de docente, que precisa motivar la autogestión del aprendizaje y mediar el conocimiento, dotando de metodologías y técnicas al estudiante. Aunado a esto, Borges (2005) asevera que en la educación a distancia éste enfrenta uno de sus mayores retos, pues incrementan las exigencias de seguimiento y apoyo durante el proceso de aprendizaje.

“Mediante la educación,
debemos ayudar al estudiante
a disfrutar con lo que tiene que aprender.”
Platón



Introducción

En el presente ensayo se pretende comparar la función del docente “tradicional” con la del docente facilitador. Para comenzar se describirán algunos elementos propios de la práctica de cada uno, con la finalidad de realizar un análisis que permita al lector distinguir las diferencias.
Posteriormente se ahondará en la práctica del docente facilitador, que es el objeto central de estudio, se hablará de su trascendencia para modificar las prácticas de enseñanza-aprendizaje dentro del aula, y de los métodos que sugieren algunos autores para conseguir mejores resultados en un entorno de aprendizaje.
Se expondrán algunas de las dificultades con las que se enfrenta, de manera específica con las expuestas por Federico Borges (2005) que refieren a la frustración del estudiante a distancia.

Del docente tradicional al facilitador
Los estudiantes de la generación que empieza a utilizar las TIC como medio de aprendizaje crecieron en un modelo en que los de profesores exponen sus conocimientos, pero en gran medida imponen sus ideas, es decir, influyen en la manera en que se interpretan los temas y contenidos, por lo que autores como Gutiérrez (2009); Gardner (2005) y Borges (2005) lo han denominado adoctrinamiento.
Para comenzar a desarrollar las características del docente facilitador es importante retomar lo expuesto por Gutiérrez (2009) que manifiesta que “el profesor debe actuar como mediador del aprendizaje, ubicándose más allá del modelo de profesor informador y explicador del modelo tradicional”. (p. 2)
La incorporación de las TIC en la educación impulsó la necesidad de modificar los métodos y técnicas de la profesión:
Del docente expositor al docente guía. El docente tradicional elige, resume y presenta a sus alumnos toda la información que desea enseñar; el profesor facilitador, brinda metodología para la búsqueda, motiva la selección de información, apela al razonamiento y la autogestión.
De la memorización al razonamiento. La práctica tradicional conduce al estudiante a repetir las lecciones, imitar los juicios, replicar palabras, lo suficiente como para comprobar “conocimiento” en un examen; la metodología del docente facilitador procura que el estudiante cuestione, compare, analice y, en el mejor de los casos, involucre lo aprendido con su quehacer cotidiano, es decir, que logre hacer de ese aprendizaje algo “significativo”.
De la expectación al diálogo. La exposición caracteriza la práctica tradicional del docente quién espera principalmente atención del alumnado; el profesor facilitador busca retroalimentación y procura la comunicación por medio del diálogo.
De la examinación a la autoevaluación. Tradicionalmente el profesor elabora los reactivos que, a su juicio, miden las competencias “deseadas” para aprobar; la incursión de las TIC en la educación dio impulso a una estrategia de evaluación con base a la autocrítica, la autoevaluación y retroalimentación con compañeros del mismo nivel.
En adición a lo anterior, es importante destacar que antes de la incursión de las TIC en la educación, diversos autores ya planteaban la necesidad de modificar la dinámica tradicional, tal como lo explica Papert (1995) , la ventaja del profesor actual radica en que cuenta con herramientas que le apoyan en su transición hacia el nuevo paradigma.
Sin embargo, el cambio no logra ser representativo, aunque diversos autores académicos, como Gardner (2005), insisten en la necesidad de modificar las prácticas docentes tradicionales y fomentar la “mente disciplinada” .
Para comprender de manera más clara lo que se espera de este nuevo modelo de docencia, es necesario analizar su perfil.

¿Qué es un docente facilitador o mediador del aprendizaje?

Al respecto Gutiérrez (2009) asegura que:

“El perfil y el papel de este “nuevo docente” han llegado a configurar un largo listado de “competencias deseables”, en el que confluyen tanto postulados derivados de enfoques eficientistas de la educación, como otros propuestos por las corrientes progresistas, la pedagogía crítica o los movimientos de renovación educativa.” (p.1)

Por lo anterior, el perfil ideal del docente mediador del aprendizaje requiere de formación constante en los elementos que son intrínsecos a su materia, pero también en competencias que le permitan estar actualizado, como planes, programas, metodologías, herramientas y técnicas que coadyuven a mejorar su actividad diaria.
Por el contrario, existen docentes tradicionales que se han negado a implementar las TIC como parte de su quehacer, una de las razones es que implica dejar a un lado su paradigma de enseñanza y otra es que le exige aprender a utilizar herramientas tecnológicas como la computadora y el Internet.

Del docente facilitador no sólo se espera que sepa utilizar las herramientas de comunicación, adicionalmente debe ser un buen gestor de la información que se mueva cómoda y eficazmente en el uso de dichas herramientas, y más aun, que pueda transmitir metodologías para la selección de la información. Para lo cual, es fundamental que tenga la capacidad para motivar la participación del alumnado en la adquisición del conocimiento, promoviendo el diálogo y la reflexión, conformando un pensamiento crítico que le ayude a resolver problemas dentro del aula, hasta convertirlo en un hábito de vida.
Por lo tanto el profesor facilitador debe promover la necesidad de adquirir conocimiento, dotando de técnicas y de elementos que impulsen al estudiante a seguir aprendiendo con sus propios medios de tal manera que sean capaces de hacer frente a las necesidades que se presenten en su vida académica, profesional y personal.
De esta forma apoyados por lo expuesto por Candioti (2008) podemos afirmar que “La comprensión da autonomía para utilizar lo aprendido en situaciones diferentes, resolver problemas, explicar situaciones, tener el dominio de aplicar un conocimiento de distintas circunstancias, encontrar evidencias, presentar analogías” (p. 5). Es así que se espera que un estudiante que logre interiorizar este método de aprendizaje y lo ponga en practica para resolver situaciones académicas, llegue a perfeccionarlo para emplearlo en distintos ámbitos y circunstancias.
Dado lo anterior, considero que el nuevo perfil del profesor implica mayores retos para el estudiante, pues su papel expectante se modifica para adquirir gran parte de la responsabilidad en el proceso enseñanza-aprendizaje, por lo que considero fundamental evaluar en qué niveles escolares es adecuado implementarlo, de manera particular estoy de acuerdo con aquellos autores que se inclinan por los niveles superior y posgrado, pues se espera que en estos niveles los estudiantes se desarrollen en el entorno académico con una motivación personal que facilite su autogestión.
En este punto es importante retomar algunas de las metodologías sugeridas para el docente.
Metodologías sugeridas para el docente facilitador
Con la finalidad de concretar una educación basada en la comprensión Candioti (2008) destaca cuatro elementos conceptuales fundamentales basados en el Proyecto Cero :

1. Temas generativos. A partir de la selección de contenidos un profesor puede motivar a la profundidad, la investigación y sobretodo a la reflexión. Elegir los temas adecuados para generar interés, discusión y que puedan ser vinculados con actividades y experiencias personales, ayudarán al profesor a llevar a sus alumnos por el camino del aprendizaje significativo.

2. Metas de comprensión. Para llevar a cabo esta estrategia son necesarios dos elementos: primero que el docente conozca a los integrantes del grupo de aprendizaje, pues esto le dará la pauta para fijar las metas en tanto las aptitudes e intereses que logre detectar; y segundo, que con base a este conocimiento tenga claro cuales son sus objetivos de aprendizaje. Con la finalidad de alcanzar las metas de comprensión es necesario tomar como guía a los temas generativos.

3. Actividades de comprensión. De acuerdo con las características de un grupo de aprendizaje, se recomienda que el profesor implemente actividades con un determinado grado de dificultad, que persigan metas específicas de reflexión, comprensión y aprendizaje, algunos ejemplos son: debates, análisis de casos, investigaciones, entre muchos otros.

4. Evaluación continua. Es una invitación a la reflexión y una oportunidad para la retroalimentación entre sus pares con base en parámetros que puede establecer el docente a lo largo de un módulo de conocimiento. De acuerdo con Candioti (2008) éste puede ser un ejercicio en el que los alumnos tienen la oportunidad de participar para sugerir criterios de evaluación con los que se sientan motivados y comprometidos.

Es notable que gran parte del éxito de esta metodología recae en el proceso de planeación y de observación del profesor, pues identificar las actividades, materiales y criterios de evaluación adecuados, así como los momentos y las formas de su aplicación, constituyen una pauta para lograr el interés, la reflexión y la apropiación de lo aprendido por estudiantes.
Así, puedo señalar que el profesor facilitador debe ponderar una actitud propositiva, que desarrolle actividades adecuadas, ya sea dentro o fuera del aula, para coadyuvar en la comprensión de los alumnos. Es deseable que opte por el trabajo colaborativo, con la finalidad de que los educandos aprendan a enfrentar en conjunto los aprendizajes complejos. Se espera que procure el conocimiento de las aptitudes individuales de los educandos para impulsarlas y enfocarlas adecuadamente. Y se sugiere que utilice la autoevaluación o la evaluación conjunta, sobre la examinación.
Con la finalidad de destacar la importancia de implementar una serie de metodologías, a continuación se analizará uno de los retos más importantes que enfrenta el docente facilitador en la educación a distancia.
El reto del docente facilitador: la frustración del estudiante en línea
Una de las áreas en donde ha impactado con mayor fuerza el perfil del docente facilitador es la educación a distancia.
Aunque esta modalidad brinda una serie de ventajas para aquellos estudiantes que se encuentran en lugares apartados o que trabajan, el docente enfrenta nuevos retos, pues debe concretar estrategias que le permitan mantener la motivación de los estudiantes sin las facilidades de cercanía y de la comunicación que brinda la educación presencial.
De acuerdo con Borges (2005) para prevenir la frustración de los estudiantes en línea, el docente debe poner especial atención en ámbitos como:
• Su formación académica. Es importante que el docente se mantenga actualizado y que, en la medida de lo posible, indague sobre nuevas técnicas y materiales que coadyuven a mejorar su actividad.
• La respuesta que le brinda a los estudiantes. Para los estudiantes es necesario sentirse acompañados, contar con un respaldo que les ayude a responder sus dudas y que los motive cuando lo requieran.
• Su presencia en el aula. Aunque a distancia, el docente puede mantener contacto con los alumnos por medio de herramientas como el correo electrónico, el chat o la plataforma donde se encuentran los contenidos.
• La claridad con que brinda las indicaciones. Con el objetivo de que los canales de comunicación funcionen adecuadamente y que los alumnos entiendan y realicen las actividades del curso sin dificultad, es necesario que el docente se esmere en el detalle y la concreción de las instrucciones y recomendaciones.
• La cercanía y flexibilidad con que se dirige. Se espera que el docente mantenga una actitud abierta y accesible con los estudiantes para que sientan la confianza de expresar sus dudas e inquietudes. Aunque de manera ideal la expectativa es que los estudiantes entreguen las actividades del curso en tiempo y forma, existen ciertas situaciones que se los impide, por ésta razón el profesor deberá tener la capacidad de decidir cuando pueda hacer excepciones.
• Y la interacción y colaboración. Es importante que el docente fomente el aprendizaje colaborativo como una estrategia en la que los miembros de un grupo de aprendizaje se apoyen y venzan a la desmotivación.

Retomando a Borges (2005) los investigadores sostienen que los estudiantes abandonan sus proyectos de educación a distancia por falta de guía y acompañamiento durante el proceso de aprendizaje, sin embargo un educando que ha decidido involucrarse en este paradigma de enseñanza-aprendizaje debe tener claro que gran parte de la responsabilidad del proceso recaerá sobre él, por lo tanto es necesario que mantenga siempre muy claras sus motivaciones y objetivos.



Conclusiones
Aunque por sí mismas las TIC no han significado un cambio en el perfil del profesor, sí han impulsado la necesidad de un cambio en su paradigma dentro de la enseñanza.
Existen una serie de competencias que configuran dicho perfil, diversos autores coinciden en la necesidad de aplicar metodologías que guíen al estudiante en la selección, el análisis y uso de la información. Insisten en la pertinencia de que por medio del aprendizaje, los estudiantes concreten un pensamiento crítico que les permita dar solución a los problemas que enfrenten en los diferentes ámbitos de su vida.
De la misma forma sugieren un mecanismo de evaluación en el que el estudiante tenga injerencia y participación, en el que experimente la retroalimentación y la autoevaluación.
Aunque con el nuevo perfil de docencia el profesor a perdido protagonismo en el proceso de enseñanza-aprendizaje, su acompañamiento y guía son fundamentales para concretar las metas de los estudiantes, principalmente de aquellos que lo hacen a distancia.
Es fundamental que el nuevo paradigma de docencia se enfrente como una posibilidad de propiciar el pensamiento crítico, el aprendizaje significativo y la mente disciplinada en estudiantes ávidos de un criterio personal que les permita tomar sus propias decisiones en el camino a lograr sus metas.






Referencias

• Candioti, L. (2008). El proceso de comunicación educativa para la comunicación. Recuperado el 4 de abril de 2011 de: http://www.ucasal.net/unid-academicas/artes-y-ciencias/congresos/redcom10/archivos/redcom-ponencia/Ejes23y4/Eje4/Mesa4-3/Candioti.pdf
• Gardner, H. (2005). La mente disciplinada y La mente sintética en: Las cinco Las cinco mentes del futuro. Un ensayo educativo. Barcelona: Paidós, pp. 23-40 y pp. 41-58.
• Gutiérrez, O. (s.f.). El profesor como mediador o facilitador del aprendizaje. México: ANUIES. Recuperado el 14 de abril de 2011de: http://docencia.izt.uam.mx/sgpe/files/users/virtuami/file/int/enfoqpedago_relacion_actv_elprofesorcomomediador.pdf
• Papert, S. (1995). La máquina de los niños. Replantearse la educación en la era de los ordenadores. Barcelona: Paidós

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